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Satan Arise

Llegamos muy temprano a la sala Rojas, pues queríamos conocer la sala y la banda local. La sala nos dio buena impresión y aparentaba que iba a darnos la oportunidad de gozar de una gran noche de metal.

Así empezó el concierto a unos horarios a los que personalmente no estaba acostumbrado, pues eran casi las 23h cuando empezó la intro de los locales Anima Sacra.
Como tantas otras veces nos ha sucedido, no sonó Prisionero, que era el tema que podíamos esperar, sinó que se arrancó con Código de Hamurabi.

La banda sonó muy equilibrada y dio muestras de una calidad la cual ya nos había dejado saborear en el disco que los músicos tienen en libre descarga en su página web.
Así pudimos comprobar a medida que iban descargando temas como Las huellas de Adán, que a pesar de que el disco es de un corte vocal muy agudo, la defensa que hace Ignacio en directo, no solo es muy digna, sinó que lo supera dando nuevos colores y matices a lo ya demostrado en los estudios La Sala de Máquinas de Lorca.

La banda actuó con un único guitarra, Pepe Martínez, quien demostró ser un experimentado músico que desgranó cada uno de los temas, ya no solo con suma facilidad a pesar de la velocidad tanto en la digitalización, como en los ritmos y riffs, sinó que además transmitió a los asistentes que estaba disfrutando mucho y eso es contagioso. Si el músico exterioriza su disfrute, es más sencillo que el público lo haga también. Y así sucedió lo mismo con el resto de músicos.
La banda anunció que había una serie de buenos temas que se habían caído del disco, pero que tenían preparados y que quizá, caerían en una siguiente publicación. De este modo nos regalaron Alas Quebradas, para observar una composición inédita a nuestros oídos.

El ritmo que imprimió Edu a las baterías a lo largo de la noche, fue mucho más que un rápido doble bombo como se vió por ejemplo en Guerra o en Vuelas Atrás.
Siguió el directo, que francamente se me hizo muy corto y pasó volando también Involución, en el cual pudimos comprobar como en el resto de temas, la importancia de los teclados ejecutados por Claudio, quien es nuevo teclista en la banda y ya arrastra 3 bolos en 4 semanas. Compenetración exquisita y ya parecía que fueran meses los que llevaba el teclista con la banda!

Momento para descansar con Princesa de la Mar. JM Belmonte abandonó el bajo con el que llevaba imprimiendo ritmo y solidez al conjunto sonoro para coger una guitarra acústica, de igual modo que hizo Pepe. Así con un sonido mucho más íntimo, la preciosa balada invadió la sala.
Momentos después, volvió la caña. La sala con una entrada bastante buena, con aspecto de lleno, a pesar de que estábamos cómodamente acomodados, es decir, con más que suficiente espacio vital, vibró con los músicos que jugaban de locales, consiguiendo gran complicidad y cantando en su mayoría, los temas de la banda.

El concierto avanzó dejando dos de los más grandes temas, para mi gusto para el final. Así, después de anunciar el final del concierto, la gente reclamó, como no podía ser de otra manera, en primer lugar El mito de la caverna; temazo, evidentemente sin la colaboración de Ronnie Romero esta vez, pero que como toda la noche, contó con los coros de JM Belmonte, ayudando al fantástico buen hacer de Ignacio.
La descarga llegó al apoteósis, con el temazo Prisionero, en cuyo estribillo aparece un agudo imposible que Ignacio llevó a cabo, me perdone la broma irónica, sin despeinarse tanto literal como metafóricamente. El tema fue introducido con una lenta intro de teclados, y con Ignacio cantando suavemente, a modo de balada, una parte del corte que abre el disco.
Después de una gran y merecida ovación y de los saludos y agradecimientos de la banda junto al manager Pedro Oliva, empezó a llegar el turno a los gaditanos Guadaña.

Se conoce que parte de los asistentes habían ido a apoyar a la banda local, pues la afluencia de público fue significativamente más baja, pero eso no impidió que los gaditanos descargaran su show; y digo show, porque los andaluces no solo interpretan sus temas, sinó que acompañaron con cambios de vestuario, poses y detalles brillantes, que convirtieron la actuación en una descarga con un plus añadido.
Así arrancaron con temas más rápidos y potentes como Tras el Cristal o Secreto Confesional, donde nos sorprendió muy gratamente la actuación de todos y cada uno de los músicos que lo dieron todo.

Técnicamente, las guitarras de DJakob nos dejaron y perdonénme la expresión, acojonados por la multitud de matices y adornos que ejecutó a la perfección.
Siguieron adelante con Sin Rostro y el Innombrable, y al bajo vimos una actuación sobresaliente de Ramón Gaviño, ya no solo técnicamente, sinó con una entrega total.

Salva pasó de cantar con bastón con calavera y gabardina de cuero, a hacerlo con muñequeras, partes con gorra y gafas de sol, así también como con chaleco para la ocasión, pero lo realmente importante es que lo hizo acompañado de una voz espectacular y que intercaló y combinó a la perfección con Glory, la cual tuvo ocasión de emular a Azuzena de Santa en Reencarnación. El descaro y desparpajo con el que cantó, como interactuó con el público, su vestuario cambiante y la entrega exhibida, combinada con Salva, convirtieron la actuación de Guadaña en una grata sorpresa personalmente, demostrando que con actitud y preparación el show puede subir varios peldaños en cuanto a calidad.

Sonaron guiños a Huma, concretamente se intercalaron Alma en Pena, A Fuego Lento y A Solas. La gente los coreó, pues la extinta banda tuvo su cuota de éxito. Si no mencionara a Pablo Casas a la batería, no estaría contando, ni haciendo justicia a lo vivido con Guadaña, pues éste bromeó con el público, interactuó, dio su parte de show moviendo las baquetas y su nariz de payaso que aparecía y desaparecía a medio tema de modo misterioso y si me hubiera quedado únicamente con la parte de "show" y no contara el enorme trabajo que realizó martilleando y lo mucho que transmitió en su ejecución de este instrumento, no sería justo.
Globalmente, me gustaría comentar que el sonido de la banda (y de la sala) fue muy bueno, con mucha fuerza y contundencia, puro y muy duro Heavy Metal!

Con la instrumental Impulsos que dio paso a Tu propio Final y Ya no son los mismos, la banda se fue despidiendo y a pesar de haberlo hecho ya, quiero volver a destacar la actuación compenetrada e intercalada dependiendo del momento, de Glory y de Salva. Muy grande.

Si una de estas dos bandas pasan por tu ciudad o cerca, me gustaría recomendártelas, pues tienen dos grandes directos, cada una en su estilo, pero creo que hablo en nombre de todos los asistentes si digo que lo disfrutamos y mucho!!

Crónica y Fotografías: Vic Salda
15/05/2012

Agradecemos a las bandas su trato y a Borja Alonso fotografía el cedernos el privilegio de poder adjuntar su álbum del evento.

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